El pleno de enero de 2009 pasará a la historia por las extraordinarias medidas de seguridad empleadas en la contención de tres manifestaciones ciudadanas que se celebraron simultáneamente en la Plaza del Carmen el pasado viernes. Una veintena de agentes de la Policía Local blindó el Ayuntamiento, que durante tres horas fue el blanco de las protestas de medio centenar de granadinos de la Asamblea de Parados, el colectivo juvenil JOCA y los conductores de autobuses de Rober.
El grupo municipal socialista criticó que varios miembros de su ejecutiva municipal no pudieron entrar en el Salón de Plenos porque los agentes aseguraron “que estaba completo”, según el gabinete de prensa del PSOE. Sin embargo, los periodistas pudieron constatar que el aforo en ningún momento excedió de los dos tercios del total. Tras una pausa de quince minutos, los concejales retornaron a la sala y Carmen García Raya, portavoz socialista, pidió la palabra para manifestar lo que ella consideró un “atentado a la democracia” al impedir el acceso a más público, un extremo que desmintió el alcalde de Granada, José Torres Hurtado.
Fuentes consultadas aseguraron que el refuerzo de efectivos en la plaza y el interior del edificio respondieron a la confluencia de las tres concentraciones, así como para velar por la seguridad de los ciudadanos y el normal desarrollo del pleno municipal.
A las diez de la mañana, cuando comenzó la sesión plenaria, la puerta de la Casa Consistorial ya concentraba a varios manifestantes. El primer filtro se posicionó en el mismo umbral de entrada, donde los policías controlaron qué personas accedieron al inmueble y su lugar de destino. Dos metros más adelante era indispensable pasar por el arco detector de metales y responder otra vez a la pregunta: “¿puede usted decirme hacia dónde se dirige?”. Un tercer retén, emplazado en la parte baja las escaleras, volvía a consultar a los ciudadanos el motivo de su visita.
Las medidas de seguridad se intensificaron en la puerta del Salón de Plenos. Como es costumbre cada vez que se celebra el debate plenario, los agentes procedieron a identificar a cada persona que entraba a la sala. No obstante, en esta ocasión se realizaron cacheos aleatorios y la Policía hizo uso de un detector de metales de mano en el registro de algunos asistentes.
En el interior del salón hubo al menos dos agentes de incógnito y otros dos uniformados -lo habitual-. Durante la celebración del pleno se registró un incidente cuando tres jóvenes de la asociación JOCA mostraron una camiseta contra el cierre del Espacio Juvenil del Zaidín. Acto seguido, los policías expulsaron a los miembros del colectivo y les volvieron a tomar los datos, según reveló a este diario Amanda Sánchez, del colectivo juvenil. “Nos hemos sentido muy observados y controlados. Al principio nos cachearon y luego ya era imposible entrar”, apuntó.
Soniquete. Los cánticos de los manifestantes de la Plaza del Carmen no cesaron entre las 10.00 a las 12.30 horas, momento en que los allí concentrados comenzaron a disolverse. A excepción de un único incidente, la sesión transcurrió con normalidad. Las consignas de los manifestantes, incluso, provocaron la sonrisa de los concejales en más de una ocasión.
Fuente: Prensa local